lunes, 10 de julio de 2017

Formador, etiquetas, talento, valor del equipo. Una mezcla de ideas.

Varios tweets de @aeeminibasket sobre las etiquetas en los jugadores, la faceta integradora y formativa del entrenador o la calidad del equipo en función de la progresión de los menos talentosos me han traído a la cabeza un par de situaciones vividas esta temporada y unas ideas sobre las que reflexionar. 

Casi al final del curso, allá por abril, la coordinación del club me solicitó que ordenara a mis jugadores por nivel, de cara al año que viene, con la intención de separar generaciones y hacer dos equipos en la categoría junior agrupados por "niveles de juego". 

Por mi manera de entender a las personas y el baloncesto, no les entregué una lista, sino cuatro. No creo en los buenos y malos “absolutos”, ni que sea necesario separarlos por los que meten más puntos o los que menos. No estoy de acuerdo en separar generaciones cuando el fin que lo motiva es la de ser más competitivos y no se manifiesta dentro de la misión del club (es más, separar generaciones, para mi, es la muestra evidente del fracaso de los entrenadores). Aquí escribí sobre esto: 

Aunque de lo que quería charlar es sobre el talento de las personas, las etiquetas y la calidad del equipo, la integración y labor formativa del entrenador. 

Ordené a los jugadores en cuatro listas: madurez, carácter, “entrenabilidad” (palabra que no se contempla en el diccionario, pero que entendemos en este foro ) e impacto en el juego. 

Estas clasificaciones las hicimos a mitad de temporada los dos entrenadores de manera individual y obtuvimos las medias. Esas listas fueron las que entregué. 

¿Por qué las hicimos? Pues para que los de mayor nivel en un área influyeran en los de menor nivel, ya que no dudamos que existen niveles. Que adquiriesen la responsabilidad de influir positivamente en sus compañeros. Los más dotados en entrenabilidad a la hora de agruparlos por parejas, se ponían con los que menos, e influían para que mejorasen en ese aspecto. 

Vayámonos a las matemáticas. Pensemos que se pudiera medir el talento de los jugadores y la escala fuera del 0 al 10. 

Tienes 12 jugadores. El máximo valor de tu equipo es de 120.

Mezclemos el talento y las matemáticas. Pasan dos cosas, principalmente. La primera y fundamental es que el entrenador tiene que creer que todos tienen talento, y no solo los que más puntos meten. No es tarea fácil. No veo a demasiados con esta mentalidad. 
La segunda es que no todos tienen el mismo talento ni está desarrollado al mismo nivel. Se llama etapas madurativas. Por ejemplo, Ricky Rubio destacó en la élite a los 14 años y Sergio Llull por encima de los 20. De ese modo, el máximo talento de un jugador de tu equipo "valdrá" 9 y otro 4 en esa temporada (luego podrá evolucionar). 
¿Cómo aporta el entrenador al desarrollo del talento? De muchas maneras, pero una de ellas es dando espacio en el partido a que desarrolle su talento. Es decir, que jueguen, y que jueguen en todas las situaciones, con marcador a favor, en contra, en minutos finales complicados, etc.; a mi personalmente no me sirve eso de que los "mejores" juegan los minutos importantes y cuando me enfrento a un rival que es muy inferior en juego, dejo que jueguen "los menos habituales". Me parece engañar a los jugadores. 

Si no das opciones al desarrollo del talento de TODOS, conseguirás que el de 9 alcance el 9, pero el de 4 se te quedará en 2. 

En un equipo de 12, la proporción de "buenos", "medios" y "malos" que tradicionalmente hacen la mayoría de los entrenadores, se va a 3 buenos, 5 medios y 4 malos. 
Si ordenamos el máximo talento a alcanzar por cada "estrato", tenemos, más o menos:
Buenos=9
Medios=6
Malos=3.

Si sólo desarrollas a los buenos, y te apoyas en los medios, sucederá que desarrollarás a cada uno hasta los siguientes niveles y tendrás el valor total por estratos:
Tres buenos de valor 9, 27 puntos. 
Cinco medios de valor 4 (pues no los has desarrollado al máximo), 20 puntos. 
Cuatro malos de valor 1 (tampoco los has desarrollado al máximo), 4 puntos.
Total valor del equipo, 51.

Si trabajas con todos, les das espacio y alcanzan su máximo, tendrás:
Buenos=9x3=27
Medios=6x5=30
Malos=3x4=12
Total valor del equipo, 69. 

Evidentemente, si consigues llevar al máximo a cada uno de tus jugadores, tu equipo tendrá más valor. Serás más competitivo y tendrás más oportunidades de vencer. 

Además, si tienes en cuenta que todos tus jugadores estarán motivados y comprometidos, porque les has llevado al máximo de sus posibilidades, habrás generado una sinergia entre ellos y la actitud del equipo, que multiplica su valor, le hará más fuerte frente a los otros equipos. 

Pero con los chavales mirando en el banquillo cómo se desarrolla el talento de los buenos, no creo que vayas a conseguir todo esto. Y regalándole los minutos poco importantes con habitualidad, tampoco. 

Y claro. Necesitas tiempo. 

Y espacio para gestionar el fallo. Porque al principio, y durante tiempo, fallarán. Y generarán cosas negativas en el partido. Pérdidas tuyas frente a posibilidades de canasta del rival. De esto va el talento. Y la faceta formativa e integradora. Y las etiquetas. Y la calidad de un equipo. De esto va el tema de jugadores menos talentosos. Entre otras cosas. 




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